SER BUDISTA

Es muy curioso, que no agradable, ver lo listo que somos. Aquí, donde el que más lleva dos días practicando Dharma, y la pechá de eruditos que tenemos… Hay que ver lo ágiles que somos para juzgarnos los unos a los otros y lo poquito que nos gusta encajar una critica. Que bonito es hablar de compasión y visualizarnos cómo el mismísimo Chenrezing, y que fácil es, sentados en la gompa, ser un practicante excelente… Pero también es fácil caer en las trampas del egocentrismo. Bien es cierto que somos budistas y no budas, pero esta no es una buena excusa para ejercer y consentir la torpeza y el orgullo. ¿Cómo es posible que en un centro de Dharma no se le permita la entrada a las enseñanzas a una persona por poder pagar un “donativo” establecido?, ¿Cómo es posible que una persona, que insisto por mucho que lleve estudiando Dharma, lleva dos días mal contaos, se atreva a cuestionar a un Lama o a rebatirle? ¿Cómo podemos recitar con la boca eso de... ¡puedan todos los seres ser felices!... mientras con la dos manos les clavamos puñales por la espalda? ¿De que vamos? Ser budista no es llevar un mala en la muñeca izquierda y un cordoncito rojo en la derecha. Ser budista no es escuchar continuamente los CDS con mantras musicalizados, ni jartarse de té a todas horas, no es vestir de rojo, ni ningún rollito hippy ni nada de eso. Tampoco es necesario hacerte amigo de todos los budistas del mundo a través de Facebook, ni pasarte la vida posteando citas de Budas o de altos Lamas. Y por supuesto, coleccionar iniciaciones de deidades como si fuesen Pokemons… eso tampoco es ser Budista. Todo esto lo tengo muy claro, ahora yo seguiré intentando aprender algo mas de budismo, y a ver si logro entender que es ser budista de verdad. Besos.